sábado, 14 de enero de 2012

Hola cielo. II.

Buenos días. Quizá sea un poco precipitado volver a escribirte. Pero lo necesito. Son casi las dos de la mañana, y he salido de mi rutina de dormir porque necesitaba....simplemente escribirte. (otra vez).
No sé si deberiamos perder la esperanza. Quizá es demasiado tarde para seguir aquí.
Ayer, el 13 de enero del 2012, te creí cerca de nuevo. Tu mirada, tu sonrisa, tu pelo, tu olor. Vi, a tus amigos, por allí donde solíamos perdernos y encontrarnos. Ellos, noté cómo se daban cuenta que les observaba. Pero no a ellos. Te buscaba entre ellos. Allí estaba el saltarín del pelo largo y negro, largirucho y sabiondo. Tu mejor amigo. El del pelo rizado a lo escarola de unos 20 tacos, y, como no, la chica morena. Estaban todos, menos tú.
Hoy, el 14 de enero del 2012, me ha surgido la duda,( que por cierto formulé en voz alta) -¿Porqué hago ésto? Si después de dos años, es imposible que se acuerde de mí.- Y sin saber cómo, la respuesta de mi amiga allí presente, me dio fuerzas. "¿Y si el está en la misma situación que tú, y piensa lo mismo?".
Vale, supongamos que sigues por ahí, buscándome.
Sería perfecto poder contarnos las veces que soñamos juntos, o que intercambiamos miradas o sonrisas.
Pero no estás. No sé dónde has podido ir a parar. Es....es imposible encontrar otro cruce de caminos, tal que puedes estar en Alcorcón, como en Tokio.
Aún así, espero que no perdamos la esperanza.
Que me recuerdes, y que yo no te olvide.
Quiero recordarte una frase, amor.
"Tú no eres sin mí, yo sólo soy contigo".

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